
Por Arturo Mingolo
Mientras casi todos los medios ocupan las horas del día con el tema Maradona, desmenuzando casi molecularmente toda su vida, como si eso le cambiase la realidad a alguien, en la Argentina siguen pasando cosas que parecen ser invisibles a los ojos de la gente que consume basura y chismerío periodístico, y los medios ya sea por el rating o por meros agentes pagos de la desinformación, pasar a formar parte de la hegemonía periodística, da mucha bronca y pena a la vez.
Tenía razón RYSZARD KAPUSCINSKI periodista sobresaliente, nacido un 4 de marzo de 1932 en Pinsk (Bielorrusia), quien además de historiador y escritor de novela, ensayo y poesía, se licenció en Historia, aunque su oficio vocacional fue el periodismo cuando afirmó: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.”
Y la verdad es que todos los gobiernos han respondido al estímulo naturalizado, de castigar al que tiene muy pocas armas para defenderse, en esta sociedad donde parecería cierta, la teoría o si quiere llamarla conspiración, de pensar en que la democracia es una mentira armada para remplazar a la esclavitud, y exprimir para unos pocos, a la gran mayoría cuando estos están en la plenitud de su vida, haciéndolos producir sin que tener que preocuparse por darles casa, comida o salud, como lo hacían los señores feudales.
Hoy el consumismo devenido de la revolución industrial, ha cambiado la vida de las personas haciéndolas más miserables y vacías, aún con la apariencia cierta, de vivir en un aceptable confort del cual gozan mientras son productivos, privilegio que se ve totalmente reducido, cuando luego de trabajar toda una vida, deben seguir haciéndolo hasta el final de su existencia sino no quieren acabar sentados esperando el final, pasando todo tipo de privaciones y necesidades, obligados por magras jubilaciones que lo condenan al sufrimiento, la mala alimentación y el abandono.
Es decir que según este relato, la abolición de la esclavitud fue y es una falacia, solo cambio de método y formas, la explotación del hombre por el hombre, más vigente que nunca.
No recuerdo o conozco a un gobierno que haya hecho justicia cambiando este cruel paradigma con los de la “tercera edad”, por el contrario, todos usaron de una manera u otra sus aportes para distintos fines, la mayoría non sancto, y este actual que se dice ser popular y nacional tampoco.
La nueva movilidad jubilatoria va a estar atada a índices que están planchados ya sea la recaudación o los salarios, pero lo que no lo está contenida, es la inflación y para dar un simple ejemplo tomamos una comparación popular viralizada en las redes, no por ello menos cierta.
Con 100 pesos moneda nacional convertible de uso legal en 1993 ud. si lo tenía podía comprar un televisor, una década después en el 2003 un teléfono, diez años más en el 2010 un kilo de asado y hoy en este 2020 un pimiento, ¿es válido el ejemplo? La proporción entre la inflación y los sueldos de los jubilados ¿es la misma?; y si la comparamos con los sueldos de los políticos en líneas generales se transforma en una impudicia dichas diferencias.
Ahora resulta un tope y que se va a actualizar cada seis meses en lugar de tres, aun habiendo más de 4.000.000 millones de jubilados que cobran 18.000 pesos, huelgan los comentarios.
En él mientras tanto, seguimos peleando si le ponemos Maradona o no a una calle, Mariano Martínez sincera su relación con Valeria Lynch, y nos peleamos por el control remoto porque uno quiere ver Master Chef y el otro el Canal Volver porque le hace acordar a la abuela Josefa, total falta mucho para jubilarnos y seguramente esto cambiará o quién sabe si llegamos.
Say no more diría Charly.